Coincidiendo con el conocido eslogan de la casa Stark, a 19 de diciembre estamos a las puestas del invierno, y eso se nota drásticamente en un blog como este. Los insectos empiezan a ser bastante escasos, los arácnidos son más tímidos y, en la ciudad complutense, lo que empiezan a verse en grandes bandadas son gaviotas sobre el vertedero.
Hoy hubiera sido un buen día para fotografiar gaviotas. Sin embargo, en vez de eso, he salido con el equipo de macrofotografía. El resultado ha sido retornar con bastante poca caza, y es que después de escudriñar cada milímetro de las vayas de madera que suelen ser mi principal fuente de recursos en lo que a fotografía de insectos se refiere, a penas me he encontrado con una triste mosca y una araña.
Tras descartar la foto de la mosca, os presento a la araña:
Eso sí, se trata de una señora araña, de unas dimensiones considerables, que estaba plácidamente descansando en la valla, y a la que no parecía molestar ser objeto de mis fotografías durante un buen rato.
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