Lo prometido en Twitter es deuda y, una entrada de año en año, no hace daño. Hoy me disponía a dar un paseo por las alcarreñas tierras de Valdeluz (si te interesa mi paseo, pincha aquí) cuando, en un campo cercano, colindante a una zona boscosa compuesta principalmente por encinas, se me han aparecido estos dos amigos.
"Oh!" - debieron pensar ellos - "A lo mejor, si nos quedamos quietos, no nos ve". Error: puse la cámara en ráfaga y he sacado lo que he podido.
El dilema de estos corzos (Capreolus capreolus) creo que estaba en si debían dejar atrás o no a un tercer compañero que venía siguiéndoles (saliendo del bosque). Finalmente, todos optaron por volver rápidamente al cobijo que les daban las encinas.
Revisando mi pésimo historial en lo que se refiere a fotografías de corzos, es posible que esta serie haya sido de lo mejor que tengo (lo cual, no es decir mucho), así que voy a haceros unos recortes de las fotos anteriores para intentar verlos algo mejor.
Sí, lo sé, desenfocadas y mal... pero es todo lo que he podido hacer tras quedarme tan perplejo como ellos con nuestro inesperado encuentro.
Bueno, puedo hacer algo más: pasar las fotos deprisa...
¡Hasta pronto!
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